CONTAGIOS.



No hay nada malo en contagiarse la pena,
en contagiarse enfermedades de la piel, y el odio, o el amor
si luego,
sabes deshacerte de ello con facilidad.

El crimen más grandioso, desear que fusilen a alguien, y tenerlo veinte años
esperando
a que llame a su puerta el confesor y el cocinero.
Que te llenen de pócimas y te contagien los gritos de la locura,
que te contagien la miseria.
Que sin tocarte te vuelvas catatónico con sólo mirarte a los ojos.
Que lleves sobre ti enfermedades infecciosas:
el odio a veces,
el miedo a veces,
-para subsistir-.
Y casi todas las veces,
el mayor de los contagios,
la falta de compasión.
Amén.


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