POEMA EMPEZADO A LAS TRES DE LA TARDE. NO SÉ SI ACABARÁ.

Hasta aquí en su asombro,
la puerta abierta derrumbó la penumbra
por culpa de la luz.
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Que sería de mi sin un poco de odio,
en qué lugar amanecería para que vieran mis ojos
sin fustigar el nuevo inicio con pasos lentos
para sentirme vivo en la parte leve del valle.
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No volver a la cima del horror con seres que me hablan
como un guiñol sobre la muerte.
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Quizás sería trágica y perturbadora la espera sabiendo el retorno.
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Lleno de fe en el consuelo de las lágrimas
para quedar sin pena unos instantes.
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Y también unas briznas de amor
sobre todas las cosas que poseo
monedas sobre un estante, imágenes de mi,
objetos que otras manos tocaron para estar allí
y redimirme.
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El mal uso de mis pensamientos, ser un asesino a veces.
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Merece la pena salvar un insecto sobre el cristal de la ventana,
seguir su rastro para prevenirlo.
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Salvar del suelo una brizna de pan, un grano de azúcar.
Cómo sería si la muerte viniese ahora, cuando esta luz
parece feliz.
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He de suplicar el perdón antes de guarecerme
por si acaso.
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Andar justo de nuevo hasta el lugar de reposo
y  hablarme a mi mismo.
Qué hacer hoy con toda la luz sobre las simas.
Su lenta marcha.
.
Lleno de pereza  para escuchar el aire.