CEREMONIA.
Otra
vez lo he mirado todo:
grifos,
llave del gas, ventanas cerradas…,
sólo
una rendija de luz
en
la inmensidad del pasillo.
Me acabo de marchar con esa repetida extrañeza de que alguien ha quedado ahí,
Me acabo de marchar con esa repetida extrañeza de que alguien ha quedado ahí,
mirándome
con sus ojos abiertos.
Sabiendo,
que
todo es una simple duda
que
siempre que se me olvida el cerrarlos,
y que debo
volver,
en
una repetida ceremonia,
a
pasar mi mano por su cara.
Comentarios